Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1677
Legislatura: 1900-1901 (Cortes de 1899 a 1901)
Sesión: 19 de diciembre de 1900
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 25, 659- 660
Tema: Mensaje a S.M. con motivo del enlace de la Princesa de Asturias

El Sr. SAGASTA (D. Práxedes): Muy pocas pa-[659] labras, Sres. Diputados, que son verdaderamente indispensables.

Ayer me abstuve de contestar al Sr. Silvela, no por falta de cortesía, sino porque entiendo que un debate entre el Sr. Silvela y yo o entre el Gobierno y yo, sobre las condiciones de la boda, sobre si es favorable o adversa, sobre si es beneficiosa para el país o por el contrario es desventajosa, me parece tarea imposible. Es muy grato defender a personas que desde luego, no sólo no nos han hecho mal, sino que nos son simpáticas y algunas nos son queridas; esto es verdaderamente simpático. Así es que todo debate entre el Sr. Silvela o el Gobierno y yo sobre esta materia es insostenible, y no quiero por tanto sostenerlo.

He dicho leal y francamente mi opinión.

En contrario opinan el Sr. Silvela y el Gobierno de S. M., que creen que es una boda excelente, que va a traer infinitos bienes al país. ¡Ojalá así sea! Están en su lugar el Sr. Silvela y el Gobierno, como yo he estado en el mío exponiendo lealmente mi opinión; de manera que no quiero entrar en esa lucha. No tomen, pues, a descortesía, ni el Gobierno ni el Sr. Silvela, que no les conteste con toda la extensión que sería necesaria para corresponder a su deferencia conmigo, pero hay un punto que necesito esclarecer, que es el punto relativo a la votación.

Decía el Sr. Presidente del Consejo: una vez dada la opinión por el partido liberal, ¿qué inconveniente tiene en votar el mensaje? Pues ese, que ha dado su opinión en contra del mensaje. (Muy bien, muy bien, en la minoría.) ¿Qué quiere el Sr. Presidente del consejo? ¿Qué el partido liberal, hablando en contra, vote en pro? ¡Ah!, eso no puede ser porque con eso, ¿sabéis lo que sucedería? Que sin ganar nada la boda ni los contrayentes ni nadie, habría uno que perdiera, que sería el partido liberal.

Lo que se ha hecho, se ha hecho por convicción, y después de todo, el mensaje no es más que la recapitulación, la síntesis que de la boda ha hecho la mayoría, la Comisión y el Gobierno, y si nosotros la hemos combatido, ¿cómo la vamos ahora a defender en esa síntesis y en esa especie de concentración de todo lo que aquí se ha dicho a favor de la boda? No puede ser; el partido liberal cumple con su deber respondiendo en la votación a lo que ha dicho en el Parlamento. (Muy bien.)

Después de todo, si a pesar de nuestro voto el mensaje fuera aprobado por la mayoría, ya no se trataría de un mensaje de la mayoría, sino de un mensaje del Congreso, al cual el partido liberal debe acatamiento y respeto. Entonces el partido liberal se limitará a desear que sus profecías resulten fallidas, que lo que él cree causa de males para la dinastía, para la Monarquía, para la libertad y para la Patria. Pero de aquí no puede pasar, y mientras tanto, el partido liberal no puede hacer más que lo que hace, que es, como dije ayer, en vez de felicitarse y felicitar a los próximos cónyuges, limitarse a enviarles el homenaje de sus más cariñosos respetos y hacer los más fervientes votos por su dichoso porvenir y porque la Providencia los colme de todos los dones y venturas. (Muy bien.)



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL